viernes, noviembre 24, 2006

Norma Checa - Tucumán - Argentina










POEMAS







Crecer


Atardeceres dorados que refugian
juveniles ansias inconfesas
el amor prisionero en la caverna
de un corazón que despereza.

Se aceleran los pulsos
que el reloj de la vida multiplica
apurando la fuerza del instinto.

Turbulencia de hormonas que despiertan
y apresuran vitales apetitos,
cuerpo y alma que germinan
con equilibrio de paloma y brisa
es la alquimia fecunda de la vida.


Exhortación

Si te llama el amor
cree nuevamente;
aunque tenga una espada
oculta entre sus alas,
audaz comienzo de la paz o la guerra.
Futuro abierto de un pasado
que te dejó desierto
y te lleno de frío,
¡Anímale! y deja los frutos dormidos,
de los silencios.
Vuelve a ser fuego
como el leño
que extinguiéndose ilumina.
Bebe la vida
y las ánforas del amor
no serán urnas para siempre.


Liberación

El mapa de mi cuerpo
tiene muros de cansancio;
por impedirse el dolor
agazapado en los secretos;
que yacen en mi garganta.
Mis cansadas cuerdas
no tienen arpegios.
Derrivé muros de prudencia
para pasear por los jardines prohibidos;
bajo por el azul plateado de la luna,
quiero invadir los jardines del asombro
Dejando escombros de recuerdos,
carceleros de aventuras.


Máscara

Merodeo el absurdo
de la razón perversa
quiero sumergirme en emociones.
Me distiendo sin penas;
acaricio los jardines perdidos
y el verde ilusionado de la almohada.
No se si aún está mi tiempo
guardado en la alacena.
Mis rosas llegan sin preguntas;
con la traición de sus espinas.
Me he subido al escenario del destierro;
para escapar de incertidumbres
que nacen de verdades desnudas.
La mascara que hoy llevo
cierra los círculos entre risas y lágrimas
Ahora estoy en escena.


Metamorfosis

El torbellino se ha detenido
el viento no agita tu cabello
hay una mudanza silenciosa
de tu existencia y de tu cuerpo.

Nublaron las ansias juveniles
y el beso ahora conciente es verdadero
aunque giman tus noches desoladas
acaricias el encanto de lo quieto.

El río tumultuoso de tu vida
te lleva a sus márgenes exhausto
mas las entrañas de su cauce
incentiva el impulso de saciarla.

Atesoras el derecho de ser libre
tu humanidad profana se desgaja.
purificas el alma de sus huellas
deletreando la vida que se escapa.


Morir en otoño

La noche lujuriosa de la muerte
me aparta de mis huesos casi huecos
que caminaron la alfombra
Verde de los tiempos.
desde lejos mi árbol me despide
cuando cae la sombra
sobre el alma y la tarde
la nada de mi ser solloza
sobre la alfombra de oro
que yace desnuda en mi camino.
Rezando la oración del Padre Nuestro
perdona de su deuda a mis deudores
y yo pido perdón por mis errores
mientras la alfombra de hojas secas
ya no marca mis pasos
porque la levedad del ser me pertenece
y la que espero y yo
no hacemos sombra.