miércoles, diciembre 20, 2006

Julio Eduardo Bastos - Catamarca - Argentina








POEMAS




MI TINOGASTA

Tinogasta no te fatigues, levántate y canta,
que te escuchen los que medraron con tus plantas.

Dime Tinogasta ¿quienes pusieron las vides?,
tus hombres con su sudor y los aljibes.

Época de cosecha desbordante de alegría,
pero llega la noche tempestuosa
que deja todo abierto como una herida,
con ella relámpagos, truenos y granizo
el corazón que se estruja aún siendo mestizo.

Luego el silencio manda aguardar el otro día,
recorrer el surco temeroso de encontrar
el trabajo del año despedazado como sandía.
¿Por qué tanta tristeza inunda la parra?,
si todavía hay esperanzas que no todo se desgarra.

Tinogasta no te abrumes levántate y canta,
que te escuchen los que mamaron de tus parras.

Vid, vinos sensación frutal de entraña tiernas,
que germinaron en ríos de maestros, médicos,
hombres fuertes nacidos en estas tierras.

Tinogasteños no olvidemos nuestro origen,
campos desencadenados de futuro y siempre la uva,
presente tengamos que al regreso
siempre habrá vino en una cuba.

Tinogasta recuerda es el surco el que da la vida,
debemos trabajarlo para que no sea tierra perdida.
Mi tierra vinícola de surcos marcados en la cara,
levántate y canta porque el corazón palpita con tus parras.


CLARIDADES

Yo soy de un pueblo en el que la tierra es tierra,
tiene gusto a uvas y aroma a tierra,
en la que los recuerdos jamás se entierran.

Como todos los hombres tengo una madre,
el tiempo del regocijo fue breve,
pues ella pronto debió marcharse.

En silencio preparó mi venida,
en silencio preparó su partida,
jamás se dio por vencida.

La encontré un dos de noviembre,
después de ir a misa
y al cementerio como siempre,
desde entonces a ella me aferré.

A mis necesidades la llamo en silencio,
ella brillando y en silencio esta conmigo,
buscó que guíe mi camino.

Una de las tantas noches de mis locuras,
me acompañó sigilosamente todas las horas,
amparó en silencio mis travesuras.

Me cubría un cielo oscuro y tormentoso,
sólo ella lucia en silencio y conmigo se quedó,
fuimos una vez mas uno.

Por allí me pregunto por mi silencio,
contesto no te alarmes ella vino
y se fue en silencio,
más nunca te dejó.

Será mi destino el de las vides?,

en silencio viven,
en silencio de tierra se alimentan,
en silencio nos alegran,
en silencio se secan,
en silencio vuelven a la tierra,
en silencio son nuevas parras.

Todo en la vieja tierra,
que en silencio sigue siendo tierra.


EL LLAMADO

Oh poderosa montaña cuánta admiración causas,
contienes tamaña fuerza con ánimo sereno,
sin hacer pausas.
El fuerte y rugoso exterior,
esconde imponderable belleza interior,
no obstante la imagen imponente,
tú grandeza te hace benevolente.
El cerro exige que lo camines,
si quieres llegar a las alturas siderales,
nos alimenta con animales, plantas
y caricias para poder andar,
si sabemos buscar hasta alguna
raíz jugosa nos ha de dar.
El hombre cree dominarte destruyéndote
para que sea más suave caminar,
desconociendo que al repechar,
la mente busca pensamientos bellos,
de ese modo es almíbar avanzar.
Ahora cuando ruges ya cansada
de tanto padecer,
lo haces para que el hombre escuche
y te deje ser.
Las cumbres reservan el espacio
del silencio sonoro,
no existe animal ni hombre
capaz de romper aquel coro.
Persigo como el Cóndor
en esos silencios anidar,
así, de ese modo,
la libertad de las alturas encontrar.


NAVIDAD EN LA QUEBRADA

Quiero el tañir de campanas
fuerte tañir de campanas,
anunciando que el Niño
ha nacido ya.

El viento transporta el dulce tam tam
inunda las alturas, valles y quebradas,
la naturaleza se llena de gozo
el Redentor con nosotros está.

Los ecos llegan a todos los rincones
sembrando a doquier bendiciones.
la paz cubre a los animalitos de
la puna, si hasta los halcones
no quieren a su presa atacar.
Tropas de guanacos, vicuñas y
llamitas felices retozarán,
dado que el puma cordillerano, abandona
su furia maligna y no las atacará.

Las piedras a orillas del río
contentas estarán, incluso reirán,
ver las truchas remontar las aguas el batir
de aletas las salpicará y sus caritas mojará.

Las Chinchillas cuchichean tranquilas
no tendrán que correr a esconderse,
del vanidoso hombre que
solo ansia su piel.
Los mineros dejan herramientas
abandonan los oscuros socavones,
saben que la estrella los iluminará
al menos ese día su vida no peligrará.

Todo es bondad en la quebrada
las pencas hunden sus púas pa’ no molestar,
las palomas se asientan en ellas
enseñan el mejor camino pa’ no lastimar.

Que el tam tam de campanas haga
de todo un almíbar,
tal vez escuchar tan hermosa
noticia haga al hombre cambiar.
VIVIR VIVIR EN PAZ Y FELICIDAD,
de ese modo olvidar para siempre el atormentar.