martes, marzo 04, 2008

Gustavo Córdoba - Catamarca - Argentina


POEMAS
Este abril

Este abril me llena de temores,
presentimiento oscuro,
abril sin rosas rojas,
abril, con este corazón
que aún late, herido.

Abril: otoño mío
preñado de hojas secas
y de cobres,
la savia se duerme entre los vasos
de un algarrobo, Taco, junto al río…

Huelo en el aire un desamor
de soles, y el saber
que he de quedarme solo
a la vera de un tiempo, detenido;
hurgando en los recuerdos
una sombra
que me acerque de nuevo
hasta tu sitio…

Este abril me llena de temores;
siento un otoño final
¡muy dentro mío!




Interrogantes

¿Quién puso en tu vida, una pausa?
¿quién te mostró el camino
para hallar el horizonte?
¿quién te enseñó a decir adiós?

¿Dónde está tu andén o puerto?

Te busco en todas partes
y sólo encuentro en mis trenes
los asientos vacíos…

Ya no me quedan días,
sólo guardo noches, en los desvanes
de la vida mía.

Me olvidé de rezar
a fuerza de pronunciar tu nombre;
lo grito a los cuatro vientos
y el viento me responde
con lágrimas de lluvia,
que tu nombre está lejos,
allí donde la palabra no llega;
donde la lágrima no basta
para mojar de sal,
¡esa distancia!

¿Qué tengo que hacer? dímelo tú
¡oh! Dios Universal de los silencios
para encontrar el sitio
de su norte.

Cuántas lunas hacen falta
para alcanzar en otra Entidad
mis cuarenta semanas de gestación
en esta espera angustiosa
de la común unión,
definitiva,
eterna y anhelada?

¡Oh! noche mía;
oscura, ingrávida y silente,
¡ora pro nobis, noche!...
Exilios

Constantinos Kavafis, esta noche
estoy parado
entre tu ayer, mi hoy
y tu distancia;
junto al palo mayor,
mi vieja barca
ya no resiste el embate
de mis tiempos
y siento que no puedo
¡regresar a Itaca!

Penélope, o quien sea,
en esta hora
ya no teje en la urdimbre
de los días,
ni los sueños, ni el amor
ni la esperanza.

Es que, sabes?
no hay peor exilio
que la vida prolongada más allá
del horizonte,
¡hacia el confín eterno de la nada!

Constantinos Kavafis,
ruega por nosotros
en este día, en esta noche,
en esta hora;
por los que aguardamos
al final
de la jornada,
aunque sea en semilla,
¡volver a Itaca!