martes, abril 29, 2008

Julio Carabelli - Buenos Aires - Argentina

La espera



Mi visita al médico no fue muy positiva o mejor nada positiva aumentando la confusión general en la cual nos debatimos todos y al decir todos incluyo a los conocidos o desconocidos ya que hay gente a la que uno saluda por cortesía o por costumbre siendo tan desconocidos como los otros y estoy eludiendo el tema que en realidad era contar mi tercera visita al médico quien me miró poniendo ojos de limón hipocondríaco para decirme en voz muy baja lo que me dijo no habiendo allí otra persona a la cual confiarle esas palabras que me estaba diciendo a mí penosamente porque le costaba hablar a aquel buen hombre lo que no sucedía con su secretaria a quien debo confesar no le dije nada a pesar de observar con sus ojos de naranja expectante mi despreciable reacción ante una noticia que el mundo entero consideraría trascendente porque ella esperaba algo así como una cara compungida con lágrimas de colesterol o sin ellas pero compungida o mejor un vahído que me tumbara en el piso de frígida cerámica y pienso que he sido muy desconsiderado al no pensar en ella tan merecedora de un vahído o de unos temblores epilépticos en lugar del tan insípido e incoloro proceder con el que proseguí durante la entrevista o el tiempo necesario para poner mi nombre en la agenda ya que no se me escapó ni un suspiro y mucho menos un lamentable lamento que pudiera conformarla a ella o al médico tan amablemente consolador hablando de lo mejor que uno puede llegar a estar en la otra vida mediante una excelente trasmigración en primera clase u otras sandeces que por suerte o timidez no dijo tal vez porque ellos nunca saben la explosiva reacción capaz de estallar


ante un pensamiento filosófico profundo en un paciente que pacientemente se despide agradeciendo con cierta torpeza ya que uno da las gracias aunque las nuevas no hayan sido buenas por eso de las buenas costumbres y la mejor educación que un buen paciente debe demostrar aún ante noticias desagradables que eso es ser una persona educada incapaz de decirle a todos los que esperan que se va a demorar mucho o poco teniendo en cuenta que siempre me molestó como una espina hacer esperar al respetable público como irremediablemente deben esperar los amigos y los que un poco más impacientes se preguntarán para cuándo o dirán en un murmullo este tipo no tiene nada o nos está jodiendo sin saber que uno a los que quiere joder es a quienes te saludan con un abrazo de madreselva plástica preguntándose cuándo se va a morir este hijo de puta porque hay gente que no por no quererte desea que te mueras de una buena vez sino que les fastidia sobremanera estar pendientes de tu minúscula muerte con todas las muertes importantes que sólo por capricho se hacen esperar de lo que puedo dar fe ya que eso de estar pendiente de una muerte no sólo vulgar sino también ajena no deja de ser un verdadero cáncer.