martes, febrero 27, 2007

Ana María Mopty de Kiorcheff - Tucumán - Argentina



MICROCUENTOS

DIVORCIO


La tristeza verdadera está en las tazas, en los sonidos del platillo acompasando una canilla mal cerrada. En cuanto a las tazas, ¡oh! Las tazas, no se miran ni se tocan, los bordes se hacen ásperos y el líquido llega a labios vacíos de palabras: nada qué hacer, ni que decir en el desayuno de gargantas oprimidas sin apuro junto al diario.
Definitivamente se emborrona el recuerdo con el último sonido que decrece en e plato. Paralelamente queda, sobre la mesa, cada taza.


SEGUNDO TOMO


Cuando vuelvas de tus aventuras o desventuras, te acudirán los amigos desconsolados. Son pocos. Fingirás la ilusión de salir a acometer de nuevo y, tras los golpes, regresarás a un lugar de La Mancha.
La resignada pérdida de locura va quitándote la vida, aunque persistes en evocar un rostro, unos cabellos de mujer, un nombre, para pronunciarlo antes de que te alcancen la fatal cordura y la muerte.


LOS DOMINGOS


Sólo los domingos el patio se colma de visitas. Los que no son visitados, dibujan una línea en el piso y saltan para pasar bajo de ella. Del otro lado se incorporan golpeados y jubilosos, aunque sin lograrlo. Yo no entro en esos juegos y contemplo un biombo con diseños de helechos, de pájaros, de flores. Me lanzo a alcanzar los dibujos que se pierden entre las visitas. Los de delantal blanco me siguen con casi igual velocidad, cuando corro por los helechos que van detrás de los pájaros que persiguen las flores.


DESOCUPADO


Arrellanado frente a la ventana, el viejo recuerda el tren que antes pasaba por la estación desierta. Casi no han quedado vías y las hierbas crecidas las cubren con salvaje verde. El nieto de cinco años se le acerca con las manos colmadas de piedrecillas grises y se las ofrece para que jueguen, cuando en la ventana se borran también las chimeneas de los ingenios desocupados.



DIÁLOGO


La ciruela, me dijiste, debe ser comida con los ojos cerrados. Me enseñaste que podía acariciar la fruta y morderla sin ruido ni queja. Pienso que puede ser que en este momento, el laurel se quiebre sin que calles, cuando mezclas la espesura de la salsa sobre el fuego. Todo eso en la cocina. La noche calla y miro desde la ventana una lámpara, impregnando cuerpos amarillos. Te miro y me convences. Es verdad que el pretérito se hace presente en noches como estas, te digo, mientras van desanudándose en mis bolsillos las voces de los pájaros.


EL CÍRCULO SE VA A CERRAR


Abren el vientre del charco los vehículos que pasan por la esquina. Sin proponérselo, cada uno se lleva: consuelo de perros vagabundos, noche resguardada, estrellas, rocío.


LEGADO


Entre los papeles de Franz, carta a su padre y algunos poemas, quedó uno de escasos renglones en donde determinó la distribución de sus bienes, todo un proceso. No dejó firma. Una patita de cucaracha clausuraba el texto.


ENTRE NOSOTROS

Lo primero fue la palabra. La palabra se hizo Adán, se hizo Eva. Surgieron: tentación, inocencia, pecado, el cosmos. Y la palabra se hizo carne y habitó.

Ariadna Cháves - Tucumán - Argentina









POEMAS

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ALQUIMIA



Reposa eternidad entrañable
aquí, en el pequeño
vacío de esta cama,
mi leve madero.

Un terrible pétalo
en la alquimia de envolvente fusión
transforma la abrumadora noche
en certidumbre.

Sucede esta ley
por la realidad del sueño;
en laberintos increíbles se turban
los planos del espacio.

Aquí, donde estoy
anda la vida.

A ella pertenezco?
A cuál?
A esta donde el tiempo
me puede lograr en magnitud,
o a aquella que transmuta
su energía en m i cuerpo?

Difícil responder
si las dos por igual
me pertenecen.
Y si en mí suceden,
dónde me sitúa el amor?
dónde la muerte es mi ficción?
Los ríos confluyen
sólo para hacer su propio mar.




De la Serpiente



Música de las esferas
leve vibración de la materia
deslumbrante escala del amor.

El mundo amaneció
a su intenso trémulo concierto;
sagrado fuego ardía
a las puertas del misterio

Ellos
fueron dos,
sumaron
la unidad del uno.

Rebelión.
Calma en la ancestral
memoria de la especie.
El aliento de los cedros
cuán aliado es,
perfuma la unión inmemorial.

De la serpiente el mordisco
Carnal de la manzana.

Nicasia Baunaly - Tucumán - Argentina



POEMAS

CERTEZA


De haber vivido, un día estaré muerta,
sembrada indescifrable en la memoria
que teje el mundo en su telar nocturno.

De haber vivido caeré a la sombra
en un día cualquiera y misterioso,
solo mío el morir, como ha sido
solo mío el vivir entre otros seres,
solo mía la cifra indescifrable,
solo mío el amor con que he amado
en cada oscuro tránsito del mundo,
en cada sueño que acechó el torrente,
en cada sol fugaz, en su caricia.

Del Poemario “Los ojos en la niebla”

LA DANZA
Inspirado en el ballet
“El Espectro de la Rosa “

Sueña que baila en un jardín nocturno
a la luz de la luna
una música tenue, invertebrada,
como el alma de un río,

en las hojas despiertas agonizan
susurros de rocío
y la noche se ahueca en el paisaje,

sueña
que no tiene esqueleto,
que lo que alza en el aire de profunda quietud
es forma pura,
es idea sin muros,
es alma adelgazada
como hebra de plata tendida al infinito,

sueña
que en su más alta esencia no es humana.



Del Poemario “Tarde o Temprano”

CIUDAD DE LOS CAIDOS

I

Rostro nocturno
derramado en la neblina blanda,

perfil – ciudad que deja
escapar a sus ángeles en el humo,

corre a tu encuentro el nuevo amanecer
¡pon en fuga tus sueños!

lo que dormía en ti será otra herida.

II

Quería atravesarte el corazón con mis palabras,
puras hebras de viento resignado,

perseguir tu sonrisa en la llovizna,
quedarme con tus hojas para siempre,
quebrar los adioses multiplicados que me diste,

los que quedamos
te queremos de a rato
desprolijos, insomnes, desajustados, solos,
sin olvidar tu tiempo de latido sangriento.

Del Poemario “Consolación”

CONTEMPLACION DEL ALBA


El alba de los pájaros:
limpia, serena, blanca,
alba clara en el cielo
sola y de sí creciente,
en la bóveda fresca y silenciosa,
en su puro existir en la extensión celeste,

alba en el trino de las aves mansas,
alba sin nombre
una y múltiple y siempre
alzando hebra por hebra su presencia
desde la antigua, irrepetible fuente.

Mi corazón te canta porque dueles
como duele en el alma lo imposible,
como yace en el pecho lo perdido,
con su dulzor, su pena, que es la vida.

Alba sin nombre, lenta en el paisaje,
en tu tránsito eterno te saludo
donde siempre estarás, honda y abierta
en el sino de Dios
cuando despierta.


Del Poemario “Tiempo por su Cauce”

CARCEL


Destruyamos las cárceles del orden

ningún corazón debe quedar intacto

el tiempo es una flecha de cristal

los ejes rigurosos
caerán al primer soplo del viento del otoño

cuando no haya manzanas

y nuestras vidas hayan sido trituradas.


Del Poemario “Consolación”

Graciela Puente - Buenos Aires - Argentina













POEMAS

Á M B A R


En un farol encendido por deseos de las causas
liban el vidrio cuatro mariposas
transparentes.


El caminante se detiene ante el detalle de
escenario
y se conmueve al encontrar poesía entre las
calles.
Una mirada se prolonga en la melena de una
niña
que fue en los juegos sin saber que no volvían.


Siente un perfume de mieles con almendras
y la redonda sugestión de unas manzanas
coloradas.


Como la piel que se resiente en andenes de
nostalgia.
Como la mística aspereza que retuerce al tiempo
en el crepúsculo odiado.


Tejer, tejerse en escritura que no entienden.
Volcar los signos en las pausas que interludian
todo el ámbar.


"VALSE" DE RAVEL


Miríadas de estrellas se columpian en violines
que tiritan entre sublimes y posibles lentejuelas.
Son esas lástimas que anudan comisuras del
aullido
y no es posible levantarse sino en muerte.


En arabescos del crescendo surge el ámbito
donde el espacio descree de sus huellas.


Y sólo ritmo que encadena en su frecuencia
apicarada de motivos y vaivenes.

Silvia Manzini - Buenos Aires - Argentina










POEMAS

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Intervenciones Poéticas



Bagdad

Una mujer acuna música
Donde antes en su falda
acunaba a un niño

Una mujer envuelta
en llamas
lleva cicatriz de una piel
que ya no la recuerda
Una mujer envuelta
en llamas salta
obús viviente
atraviesa la pantalla
antes del zapping
se arroja una mujer
y no hay cenizas
bajo la alfombra persa
bajo el ruido de la guerra
bajo el ruido
bajo el ruido

de Notas del Extravío


La fortaleza
el sitio
la defensa
la muralla y los niños
nos siguen
la caminata en el desierto
la puesta de sol que no llegó
los pasos cerrados al prisionero
la escalinata a ningún lado
el mar de piedra
en la ciudad incrustada.
El canto de los que desertan
náufragos
la agónica belleza
lejanía
voces talladas
de los que resisten
y un viento de palabras

de Hojas de viaje


Fahrenheit 451


Dan vueltas en mi cabeza
retornan
pájaros de fuego
en la mañana
fragmentos de un poema
inconcluso
da vueltas en mi cabeza
tu ausencia cierta
el incierto olvido
dan vueltas
retornan
abro la ventana
y debo
una vez más
inventarlo todo
Dan vueltas en mi cabeza
se aleja el horizonte
pájaros sin mar
y sin mañana
Inconcluso el poema
me inventa
ese día
esta hora
este fuego

de Notas del Extravío


I


A través del ancho río
cruza
la oscura selva
traduzco un lenguaje
con los muertos
desierta
en la espesura
tajo
ajedrez de calles
arco y lira
toco
el mar y la furia
tambor del sueño
la luna insomne
Tumba de agua
música secreta
escucho los callados
camalote de luto
Hacen señas
¿son ellos?
¿los otros?
¿ y ella dónde?
-Lasciate ogni speranza…
grita un muro

Un zumbido en la cuerda del sol
abejorros


de Che Orfeo


Canto mudo

silba
viento inaudible
vidala
eco desposeído
de los sikuris
baguala del rock
gritos de piedra
capullo azul
agua andariega
tu voz persigue
rota la cuerda toca
melodía sola suena
hilo roto tiemblo
canto de lluvia
toca la cuerda
en fuga
rueda la noche
estalla
canto robado
abejorro en tu boca
silbo
de Che Orfeo


Solylunas


Quién leerá nuestro sueño
Quién cantará mi canto
Quién lo olvidará
Quién maldecirá mi voz
Quién alzará su mano
sobre mejilla humillada
Quién anudará tu voz
a mi garganta
Quién nos salvará
del dolor
Quién nos cuidará
Quién nos llevará
al desconocido
valle de sol y luna
dónde crecen los sueños
dónde la utopía
dónde nace el amor
vive el poema

de Che Orfeo

Carlos Levy - Mendoza - Argentina















POEMAS


Pan del corazón


A Julio Carabelli, cómplice.
A Jorge Sosa, que convierte las palabras en abrazos.


“La noche en que fusilen canciones y poetas
por haber traicionado, por haber corrompido
la música y el pólen, los pájaros y el fuego,
quizá a mí me salven estos versos que digo”

Antonio Esteban Aguero

Todos los días
la poesía todos los días
todos los días como bandera
como bandera todos los días darla al viento
y que el viento la lleve
de ciudad en ciudad
de pueblo en pueblo
sin olvidar ninguno por pequeño que sea
casa por casa de puerta en puerta
cada lugar del valle al mar con su poema
y cada hombre
porque es pan del corazón

y todos los días a nosotros el pan nuestro

No oyeron ese canto acaso
nacido elemental y puro en la ronda de los niños
leudar ingenuo con la ganas
de una muchacha de amor primerizo
ser consuelo
después del dios cuando hambriento lo reclama?

no lo supieron el crepúsculo
árbol nube baja tempestad
planeta
universo
vida
esa piedad de milagros alborotando
un pedacito del espacio?

Yo doy fe del verso insomne
hablándole a la mano del suicida
camarada empezar de nuevo mañana cardinal

Y es batalla claro mucha batalla
todos los días batalla

Es pan del corazón

Y ustedes
sí ustedes
se preguntaron por Federico y la sangre derramada?
saben que aún llora la guitarra de Víctor?
a ustedes
les dieron alguna vez duro con un palo duro como a César?

No saben nada
la poesía no es libre
esta presa del abrazo humano y necesario

Es el pan del corazón y ustedes
farsantes
meros ordenadores de palabras
que osan llamarse a sí mismos
pomposamente
poetas
al traicionar su espíritu lo han corrompido

Les digo:
sus metáforas tan pulcras ellas
declamadas a patéticos exégetas
no son perfectas están muertas
porque son ustedes vanidosos
navegan tan por arriba capitanes celestes
que aún soberbios como dioses no les dieron vida

Mientras tanto dispensadme los exabruptos y sed felices
a puertas cerradas
muy bien
realizad vuestras selectas tertulias
escuchaos los unos a los otros
y aplaudios
y regocijaos mucho cuando dicen vuestros nombres
ahora aprovechad
el olvido vigila

Y hacedle a los mortales un favor
con el pan no jodáis.



El vino

No
el trago solemne del salón

digo el vino que está en la fe perdida,
en la noche que aún se estira y en los locos,
vino del silencio y los infiernos de adentro,
ese mismo que anima
la curda feroz del hombre gris que se desata.

Hablo del vino de los bares
que despuebla catedrales,
de las putas y borrachos sin más,
ese que beben los fantasmas sin descanso
como si fuera el mar de los náufragos del alma.

Vino de la vida o de la muerte, qué más da.

Digo beberlo
como el profeta descreído
que quema la biblia para iluminar su horca.

Carmela Corbalán - Tucumán - Argentina











POEMAS







INSINUACIONES




Caos
Donde la luna
Cabalga crisantemos de agua,
Baila conmigo,
Que tu sangre macere
Mis delirios
Y el borde de mi vestido
Se arremoline
En la curva
De tu boca.
Para que seamos
Esa mixtura
Madera, sol.
Vino.



BUSCAREMOS

Y sabremos
Del olor de los leños
Donde anidan
Las alas del fuego.
Del piafar de los potros
Por la ancha cadera del trueno.
Del ardor
En la lenguas
Del viento.
Y sabremos
De la sal
Que rebalsa
El cristal de los sueños.
De la niña
Que canta
A las flores
De mayo y escarcha.





POTROS AZULES

Siento la sangre
Rodar en la espesura
Salvaje de las venas
Como un tropel de mariposas
Que convoca la siesta.
Mis días se embriagan
Como entonces,
Cuando potros azules
Transitaban la tierra.
En la sal de las olas
Ha engendrado su luz
Caracola sonora...
Porque tú eres vida,
Vino, sol, momento,
Florece mi piel
Mientras crepita el fuego
En la boca crispada
De las cuevas.
Mis días se embriagan
Como entonces
Cuando apenas arcilla
Nos fundaran los dioses.
Siento el casco
De los potros azules
En la comba espacial
Rumbo al Nirvana.
Allí se sofocan
Y en místico delirio
Se deshojan
Las palabras.


del libro Colinas Desnudas



TRANSGREDO

Arrojo
Los suspiros
Los miedos
Los espectros.
Afilo
Las pezuñas
El los robledales
Y la lengua
Entre las piedras.
Lesiono
Con un láser
Las murallas.
Vomito
El ácido
La ceniza calcinada.
Destrabo
Los cerrojos, las cruces, la dislalia.
Sacudo
La disnea, el alquitrán, la morbo.
Amaso
La hojarasca, el osario, el vértigo.
Arranco
Las vísceras, las células, los leucocitos
Me alimento de mi encéfalo.
Transgredo.



PIELERIZO

Presiento entre las dunas
Pielerizo
Bebo el ámbar tendido en las pupilas.
Cavo la esencia cítrica
De las fuerzas intemporales.
En la espuma del zodíaco.
Viaja la flecha
En busca de su Norte.



ARRULLOS

Arrullan
Alas, hojas, fuentes,
Arrullos.
Huele
A miel, a polen, a pasto.
Duerme.
Verdes rectángulos. Violetas brumas
Se encogen, se distienden, se desplazan.
Duerme la tarde.
Cierra sus ojos
Campánulas, oro cobrizo.
La tarde.
Rumores acarician la penumbra.
Toma tu tiempo para mecerla.
La tarde duerme.

del libro Geometrama

Juan Cristo - Tucumán - Argentina












CUENTO

¡ AY, SI SE DUERMEN LOS ANGELES …




Recobró el conocimiento, volví a la carga … Y?

Cuántas veces pasé por este mismo camino, me dijo sin emoción en la voz y yo insistía, quiero que me contés sobre tus andanzas. Tendría que comenzar por decirte que nunca conocí a mis padres. Para mí, es como si hubiera nacido en la Colonia de Menores, ese era el nombre del albergue para huérfanos, delincuentes jóvenes y niños que ya jugaban a la muerte sin tener la menor idea de la vida. Soy todo oídos, a medida que recordés comenzá a hablar, no te interrumpiré.
Ahora, en el final porque no me siento bien puedo decirte lo que nunca a nadie, ya que mi vida, que se hizo larga a fuerza de no achicarme en ninguno de los entreveros en que me vi envuelto.
Cuando me patearon en el vientre y me reventaron la vejiga, recordé que yo le había pateado la panza a una de las pupilas que trabajaba para mí, porque quiso tener un hijo de su novio y no se cuidó. Se había arrodillado frente a mí y le pegué tres puntapiés en el estómago. Después la tiraron a una zanja. Otro me reventó el pómulo con un puño de hierro y me vi cuando tenía 16 años pegándole con una piedra en ese mismo lugar a un chico de 12 porque me había hecho trampas en un juego infantil. ¿Sentías remordimiento después de esos actos tan crueles?. En absoluto, era la única actitud que me hacía sentir poderoso y no pensar en mi cobardía. Así destruí la vida de chicos, hombres y mujeres de clase baja o media que se cruzaban en mi camino de sangre y maldad. El precio que pagaba a jueces, fiscales, políticos, funcionarios, policías y a todo aquél que podía mantenerme en total impunidad me mostraba a la vez los rostros deformes del poder actuando a favor de los peores. No sé cuántas veces me desperté con lágrimas en los ojos, de miedo y de ignorancia.
¿Intentaste practicar alguna religión o algo así?. Ahora que tocás ese tema me acuerdo del cura de la Colonia quien nos decía que “Todos los hombres del mundo tienen SU Angel de la Guarda y, con mayor razón, todos los niños”, yo tenía 11 años y le pregunté con toda la seriedad del mundo “podría decirme si MI ángel de la guarda se quedó dormido …” y antes de que yo pudiera terminar mi pregunta - él creyó que me burlaba -
me azotó con el puntero en la espalda y otro golpe en los brazos y otro y otro en las piernas … y a mi pregunta no la pude terminar . ¿Cuál era la pregunta?. Me causa gracia hoy, a pesar de mi situación, la pregunta, mi pregunta que nunca la hice, pero yo ME la hice una y mil veces y siempre me contesté lo mismo “MI ángel de la guarda se quedó dormido”, porque sino porqué yo no tenía padres, ni familia y todos me miraban como si fuera un animal y no como a una persona, y decidí ser eso, un verdadero animal. Me hice temer, odiar y no sé cuántas cosas más pero así forjé mi vida, que a pesar de todo lo sucia y miserable no era peor que la de muchísimos argentinos que lucen guantes negros, me equivoqué quise decir blancos, pero manchados con mierda, con la misma mierda con que estoy envuelto y que me está matando. ¿No lo viste o supiste algo de aquel cura de la Colonia?. No, pero ahora sé porqué reaccionó así. No quería que yo le hiciera pensar que él entregó su vida por algo que - tal vez - no era cierto, sabía que SU fe no era ni siquiera del tamaño de un grano de mostaza, que SU FE … no existía, era temor, miedo, horror de vivir. Igual que yo. Por eso opté por este camino, el mío no el de otro. Todos tenemos una serie de avenidas, rutas, calles y optamos por una. Y si nos equivocamos, SI LOS ANGELES DE LA GUARDA SE DORMIAN DE CANSANCIO … ¡AY, DE NOSOTROS!. Y se desmayó.

Cuando recobró el conocimiento, volví a la carga … Y? ¿Acaso podrías volver a empezar?
Sí, ahora voy a volver a empezar, cuando siento que el alma se me escapa por la boca, … terminá de una vez con tu trabajo.
Bueno, por lo menos charlamos un rato, cerrá los ojos, así no ves cuando yo … apriete el gatillo …